sábado, 2 de abril de 2011

2

Es difícil narrar una historia donde nunca pasa nada. No hay acción, ni tensión, ni principios, ni finales, ni héroes, ni princesas. Recién ahora, mientras trato de contar mi propia historia, mi rutina empieza a preocuparme un poco. Ser protagonista de un libro ubicado en la mesa de saldos, no es divertido. Me pregunto si es posible convertir un fracaso en bestseller, si aun estoy a tiempo de cambiar mi vida para transformarme en la heroína que de chica soñaba ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario