jueves, 21 de abril de 2011

24

“No hay hombres. Aunque Alan es hombre y te mira bastante”, comenta Susana. Lo que creí que era lo peor del mundo, se ha tornado peor que peor. La máxima susanística de la escasez de machos se ha expandido hasta meterse directamente conmigo. Y no sólo conmigo, sino también con mi jefe. Está inmiscuyéndose en mi vida personal y laboral y, si no la freno ahora, la tendré que soportar cada mañana de mi vida. “Andate al carajo, Susana”, exclamo. Y ella, ofuscada, se va… al carajo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario