miércoles, 6 de abril de 2011

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Nací en Buenos Aires y nunca salí de allí. No sé si eso me hace más porteña o más infeliz, pero así se dieron las cosas. Mis padres me tuvieron a mí, luego a Sofía y años después a Pedrito. Mamá dijo que Pedrito era un regalo del cielo. Yo, en cambio, lo entendí como una falla del látex o el 0,1 % de inefectividad contemplado en letra chica. Aunque Pedrito tiene 20 años, le seguimos diciendo Pedrito. Pedrito ya cuenta con otros 5 regalos del cielo en su haber.

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