domingo, 10 de abril de 2011

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A mí no importa que no haya hombres, y esa es la gran diferencia entre una solterona como Susana y una soltera como yo. Ella está sola, mientras yo estoy conmigo. Susana busca el amor, y yo dejo que el amor me encuentre a mí. Ella se queja porque no la cotejan, mientras yo cotejo cómo se queja. Susana habla de sus hombres, yo escucho en silencio. Nada es casual… Ella se llama Sus-ana y yo Ana, solamente.

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