“Vieja, es duro convivir, ¿no?”, pregunto aprovechando la ausencia física de Sofía y la mental de Pedrito. “Sí. ¡Y ni te cuento en esta familia! Yo tuve que resignar y ceder mucho para poder hacerlo, durante tantos años”. Confirmado: mamá me ha dado la razón y se siente una frustrada. Pero, cuando estoy a punto de estamparle a mi teoría el sello de IRREFUTABLE, agrega: “Pero no me arrepiento y lo volvería a hacer. Esta familia es mi vida, la amo y no la cambiaría por nada”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario