jueves, 21 de abril de 2011

23

“Pero qué divina se ha venido hoy, Ana. ¿Algún pretendiente?”, señala Alan ni bien me ve entrar. “Nada especial, sólo viernes”, respondo. “De todos modos, usted es guapa toda la semana”, musita y se retira. Si Alan fuese un poco más agraciado físicamente, sería potable: 40 años, voz sensual, maduro, soltero y heterosexual. Definitivamente, la genética le ha jugado una mala pasada y él no ha hecho nada por enfrentarla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario