lunes, 23 de mayo de 2011

72

El domingo a la noche vibra mi celular, anunciando que hay un mensaje no leído en el buzón de entrada: “Hola! Tas sola? Voy a tu casa? Brad J”. Casi por inercia, respondo que sí y una hora más tarde lo tengo a Brad tocando el portero eléctrico. Raro que venga un domingo; quizás haya presentido que lo estaba empezando a olvidar. Entra, nos acostamos, se levanta y se va. Nada mejor que un delivery para un domingo a la noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario