jueves, 26 de mayo de 2011

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Vislumbrando la proximidad del jaque mate, me esfuerzo por edulcorar mi discurso previo. “En realidad, estoy bien. Quizás anduve algo dispersa, pero me voy a concentrar más desde ahora”, me excuso. “Cabecita de novia, no descuide su trabajo. Recuerde que hay muchos ojos mirándola ahora que va a iniciarse la operación en Chile”, aconseja Alan, guiño mediante. Sospecho que sospecha, que intuye que entre Brad y yo pasa algo, que el reto no fue casual ni inocente. Y con cara de nada, me retiro de la oficina.

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