jueves, 26 de mayo de 2011

78

Pasan las horas, los días y nada… Brad no da señales. Mientras se estrecha el vínculo entre su contestador automático y yo, él sigue sin aparecer. Lo extraño, tengo ganas de verlo, de sentirlo. Pero Brad está desaparecido. De la rabia a la angustia, de la ilusión a la preocupación, del amor al odio… Un zigzagueante recorrido por la ruta de las sensaciones femeninas. Y, hablando de mujeres y estados, a la que se la ve cada día más contenta es a Susana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario